La comunicación es de vital importancia en las organizaciones de educación, donde la relación entre el personal directivo y el personal docente debe ser precisa y motivadora, para lograr los objetivos planteados en conjunto.
Para ello, es necesario que se establezca una comunicación asertiva, la cual es definida por Alberti (1977) como “la comunicación emitida por una persona en un contexto interpersonal, que expresan los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos de esa persona de un modo directo, firme, honesto, respetando al mismo tiempo los sentimientos y actitudes, deseos, opiniones y derechos de otras personas".
Esto da pie para afirmar que la comunicación asertiva debe ser el centro de las relaciones interpersonales entre docente- directivo, docente- docentes porque lleva a que las personas, sean capaces de expresar sus sentimientos, pensamientos, deseos, defender sus derechos sin violar los de los demás. Y que además estén abiertos a la negociación, al diálogo y al compromiso, lo que finalmente llevará a optimizar las relaciones interpersonales que se dan en el personal que labora en los centros educativos.
Desde este punto de vista, Cabezas (2009) destaca que las relaciones interpersonales juegan un papel fundamental en el desarrollo integral de la persona, ya que a través de ella los individuos obtienen importantes refuerzos sociales del entorno inmediato que favorece su adaptación al mismo, siendo lo contrario motivo de rechazo aislamiento, y en definitiva limita la calidad de vida.
En toda relación interpersonal interviene la comunicación, que es la capacidad de las personas para obtener información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la gente. El proceso comunicativo está formado por la emisión de señales (sonidos, gestos, señas) con el objetivo de dar a conocer un mensaje. La comunicación exitosa requiere de un receptor con las habilidades que le permitan decodificar el mensaje e interpretarlo. Si falla la comunicación, la relación interpersonal será complicada.
Siendo así la comunicación reviste una importancia significativa dentro de los planteles educativos. Pero al carecer de este tipo de comunicación entre las personas que integran la institución se generan multiplicidad de problemas que terminan en conflictos, los cuales entorpecen la eficiencia de la organización. Esto conlleva a unas relaciones interpersonales que se desarrollan sobre rumores, suposiciones que desvirtúan y bloquean todo intento de comunicación; de esta manera el colectivo se desintegra y se cae en un eterno monólogo, improductivo o en un activismo inútil.
Pero la falta de escucha, el desconocer las necesidades del otro o no saber leer a sus compañeros, va deteriorando lentamente la comunicación, y el grupo pierde fuerza, se convierte en presa fácil de agentes desestabilizadores que lo llevan al desmoronamiento, pues el hombre como ser social, necesita del grupo para su subsistencia, aunado a esto estaría también el no poder llevar a cabo los objetivos propuestos por el colectivo, esto debido a las diferentes barreras que surgen en la comunicación.
Sobre este problema se han interesados varios investigadores entre los cuales se destacan a Mendoza (1998) quien concluye que las organizaciones educativas de hoy necesitan un cambio de paradigma en los procesos gerenciales para hacerlos funcionales y eficientes. El gerente educativo no puede mantenerse en el ayer, ajustado exclusivamente en planificar, organizar, controlar y coordinar. Se requiere de un líder versado, creativo, innovador, que integre la diversas actividades, que conjugue la comunicación entre todos los miembros de la organización educativa, capaz de tomar decisiones, hacer seguimiento del proceso y establecer práctica habilidades para optimizar el progreso de la organización educativa.
A pesar de los planteamientos anteriores dentro de las instituciones educativas se presentan una serie de dificultades, lo que según Liceras (2006) manifiesta que lo complejo de esta organización unido a las características sociales de la sociedad actual, hacen que las escuelas sean lugares complicados para los que acuden a ella, presentándose en los docentes inconformidad personal y social producto de proceso no conducidos de modo pacífico o de espalda al entendimiento, encontrándose entre las causas de esta situación, la falta de una cultura organizacional lo que ocasiona la ruptura de las relaciones interpersonales entre las partes (docente- directivos, docentes- docentes) con salida muy poco pacificas, esto debido al debilitamiento comunicacional.